Nadie pone en duda en estos momentos que la tecnología y las herramientas informáticas desempeñan un papel esencial en el trabajo del traductor en términos de calidad y productividad. Sin embargo, la traducción automática sigue suscitando al mismo tiempo muchos recelos por parte de traductores profesionales, entre los que podemos encontrar todo tipo de opiniones a favor y en contra.
La traducción automática está mejorando; en los últimos años ha habido muchos avances y no dudamos que estos sistemas de traducción ayudan de una manera muy importante a mucha gente, permitiéndole el acceso a una gran cantidad de información que no aparece en su lengua.
Hay un gran número de programas de traducción en línea que se pueden consultar de manera gratuita. Todo dependerá del propósito de la traducción, de las necesidades del usuario y del tipo de texto que se vaya a traducir.
A día de hoy, cualquier persona tiene la posibilidad de acceder a Internet y hacer uso de los traductores automáticos disponibles. Estos sistemas traducen una frase o palabra de un idioma a otro con tan solo copiar y pegar el contenido. Es una opción que puede servir para entender muy por encima el significado del texto. Sin embargo, no es la alternativa más aconsejable para traducir textos complejos, contratos, documentos jurídicos o financieros, textos médicos, literarios, etc.. Las empresas que hacen uso de los traductores automáticos, en lugar de acudir a un equipo de traductores profesionales pueden cometer graves errores en sus traducciones.
¿Para qué es bueno el traductor automático?
Lo más seguro es que alguna vez hayas echado mano de algún traductor automático es alguno de estos casos: Si lees a menudo en inglés (hablamos del inglés porque es el idioma más utilizado pero podríamos hablar de cualquier otra lengua), necesitas escribir e-mails frecuentemente para hablar con empresas u otras personas que están en otros países, encuentras palabras que no entiendes cuando lees los artículos del blog que tanto te gusta y quieres enterarte de lo que pone; o bien te cuesta encontrar las palabras adecuadas para escribir tus e-mails en inglés.
Es perfectamente comprensible que aproveches los recursos que te ayudan a aclarar dudas puntuales con el fin de sacar adelante tu trabajo o comprender, por encima, lo que dice un texto en otro idioma.
Diferencias entre un traductor automático y un traductor humano y profesional
Los traductores automáticos no suponen ninguna amenaza para la profesión del traductor. Son recursos diferentes que cumplen objetivos diferentes. La necesidad que satisfacen los traductores automáticos es la inmediatez.
No obstante, el peligro surge cuando no se perciben las limitaciones del traductor automático ni se detecta la diferencia entre esta herramienta y el traductor profesional.
La traducción de los traductores automáticos no ofrece calidad suficiente. Los textos no llegan a tener sentido, y un cambio de palabras puede llegar a cambiar el significado de la frase original. Además, los traductores automáticos no interpretan el texto, traducen de forma literal.
No pueden razonar, no corrigen, no ajustan
Las máquinas obedecen a datos y procesos automatizados, y traducen literalmente las palabras porque su único recurso de documentación es su propia base de datos. No tienen en cuenta otros factores que puedan afectar al significado como por ejemplo el objetivo o la intención del texto, la cultura a la que va dirigido, los juegos de palabras o, simple y llanamente, el contexto.
Los traductores automáticos no solventan los problemas de sinonimia: una misma palabra puede tener diferentes significados en función del contexto.
Los tecnicismos o jergas propias de un determinado colectivo o sector empresarial son otros de los términos que los traductores automáticos no son capaces de detectar y comprender. En multitud de ocasiones, no traducen adecuadamente el significado de las palabras o no las dan como válidas. En este sentido, los traductores profesionales conocen el lenguaje propio de cada ámbito y consiguen encontrar las palabras más adecuadas para traducirlo a un idioma extranjero.
Pros y contras de los traductores automáticos
- Traductor automático sí: Si lo usas a modo de diccionario, cuando necesites consultar el equivalente de una palabra aislada o de una expresión muy cortita .
Tampoco pasa nada si lo usas para fragmentos algo más largos, siempre y cuando te asegures de revisarlo y corregirlo después. - Traductor automático no: cuando necesites traducir textos completos y complejos de los que dependan la buena imagen de tu empresa. En esos casos, lo mejor es que recurras a un traductor profesional y no a una máquina.
Es necesario contar con un equipo de traductores profesionales como el que podrás encontrar en MC TRADUCCIONES, que sean capaces de detectar el verdadero significado de los textos y de traducirlos a cualquier idioma conociendo plenamente cuales son las palabras más acordes para no perder la armonía entre las palabras.