Desde el punto de vista lingüístico, no existe realmente una distinción clara entre lengua y dialecto. La mayoría de los expertos dicen que los términos «dialecto» y «idioma» se ven muy influidos política y socialmente. Las instituciones deciden qué idioma se declara nacional, mientras que otras asociaciones reclaman la variación de dialectos como idiomas por derecho propio.
En general, podemos encontrar dos tipos de criterios que distinguen las lenguas de los dialectos. Los primeros son sociales y políticos: en este punto de vista, las «lenguas» son típicamente prestigiosas, oficiales y escritas, mientras que los «dialectos» son mayormente hablados, no oficiales y menospreciados. Los lingüistas tienen un criterio diferente: si dos tipos de discurso relacionados están tan cerca que los hablantes pueden tener una conversación y entenderse entre sí, son dialectos de un solo idioma. Si la comprensión es difícil o imposible, son lenguajes distintos. Por supuesto, la comprensibilidad no es el único factor; por ejemplo, los países escandinavos se entienden entre sí y se considera que tienen lenguas distintas. Sin embargo, la comprensibilidad mutua es la base más objetiva para decir si dos tipos de habla son idiomas o dialectos.
¿Qué es una lengua y qué es un dialecto?
Lo cierto es que «lengua» y «dialecto» son términos problemáticos, ya que históricamente no se han tratado de la manera más correcta posible. Hoy en día, se tiende a tener en cuenta factores como el tamaño o el prestigio a la hora de definirlos, estableciendo una clara relación de superioridad de la lengua sobre el dialecto.
Además, el dialecto se suele mostrar subordinado a otra lengua. Sin embargo, tampoco se puede utilizar el tamaño para establecer la distinción entre ambos términos.
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